lunes, 1 de agosto de 2011

María Santísima del Carmen es trasladada hasta la Parroquia de Santa Catalina Mártir.

La ruteña Agrupación Musical, por
primera vez con la Patrona

Y el Astro Rey, reflejado en su cara, no quería despedirse sin ver a la Señora encontrarse con sus hijos, como cada último domingo del séptimo mes del año. 
El sol se refleja en la cara de la Virgen
a la salida.

Al filo de las nueve de la tarde, la Patrona de Rute cruzó el dintel de su Santuario para iniciar el tradicional y solemne traslado procesional hasta la Parroquia de Santa Catalina Mártir. Con los sones de la marcha Reina y Señora, interpretada por la Banda Municipal de Música, la Virgen baja, al atardecer, la cuesta de la calle Toledo entre vítores y aplausos. La subida, más lenta, se produce con los sones de Flor del Carmelo y un mar de olivos al fondo.

La Banda de Música, acompañando
a la Patrona.
La Agrupación Musical Santo Ángel Custodio, de Rute, abría el cortejo, formado por damas de honor de este año y anterior, fieles devotos alumbrando, estandarte, Hermanos de la Aurora como Hermanos Mayores, sacerdotes de la localidad, Junta Directiva de la Archicofradía y la bendita imagen de la Patrona ruteña, la Santísima Virgen del Carmen. Tras ella, multitud de promesas y, finalmente, la Banda Municipal de Música de Rute.

El atardecer más esperado.
Numerosas y cariñosas petaladas recibió la Virgen a su paso por los distintos rincones de su barrio, con un vecindario que se echó a la calle para disfrutar al máximo de su Patrona. Prueba de ello es la gran cantidad de ruteños que se agolpaban en las aceras para ver pasar el cortejo.

Tras dos horas y media de procesión, aproximadamente, la Santísima Virgen accedió a la Parroquia de Santa Catalina Mártir entre fuegos artificiales, Himno Nacional y ovaciones. En el interior del templo fue cantado su himno y colocado el palio al trono, para dejarlo depositado en el altar mayor, donde los fieles podrán rendir culto a la Reina de los Mares durante quince días.





1 comentario:

Antonio Jose dijo...

Poética y exacta crónica del amigo TJ, que refleja con exactitud la maravillosa tarde/noche disfrutada en Rute.