miércoles, 7 de abril de 2010

Semana Santa 2010 de Rute. Del 28 de marzo al 04 de abril. Balance final.

Los ruteños sentimos de una manera muy especial nuestra Semana de Pasión. Por ello, la cantidad de público que participa en los distintos desfiles procesionales que tienen lugar en nuestra localidad, es cada vez más alto. Una masiva participación de público, y unas excelentes condiciones meteorológicas, además de algunos estrenos, han sido las notas predominantes de esta celebración.

Así pues, la Semana Santa 2010 en Rute se ha desarrollado, en resumen, de la siguiente manera:

La Borriquita tras su salida
desde la Parroquia.
Comienza la Semana Mayor, como es tradicional, con el Domingo de Ramos. Indiscutiblemente, este día es símbolo de palmas y algarabía. A las doce del mediodía, y desde la Parroquia de Santa Catalina Mártir, comenzaba la Procesión de Nuestro Señor en su Entrada Triunfal en Jerusalén (“La Borriquita”). Un recorrido lleno de luz y color, de alegría y dinamismo, que abría los desfiles procesionales en nuestra localidad. Como novedad, este año se ha completado el paso incorporando una palmera, colocada detrás del Señor. 

Ya por la noche, la señera Cofradía de la Santa Vera+Cruz cumple con la tradición de procesionar a sus sagrados titulares. Alrededor de las ocho de la tarde, desde la ermita de la Santa Vera+Cruz, Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna, en primer término, y Nuestra Madre María Santísima de la Sangre, en un segundo plano, recorrieron en Estación de Penitencia las calles de Rute. Un siempre emotivo final (la subida de los dos pasos, uno al lado del otro, por la Calle Virgen de la Sangre) puso el fin a una jornada de Domingo de Ramos puramente ruteño.

Con un Lunes Santo de descanso en cuanto a salidas procesionales, el Martes Santo se repetía la tradición. Justo al filo de la media noche, en la transición del Martes al Miércoles Santo, el Santísimo Cristo de la Misericordia hacía su aparición otro año más por las puertas de la Iglesia Parroquial de San Francisco de Asís. Sólo alumbrado por los faroles de sus Hermanos cofrades, entre el más absoluto silencio y austeridad, el Cristo fue recorriendo poco a poco las principales calles de nuestro pueblo, durante aproximadamente dos horas. Tambores roncos rompían el silencio de la noche. Un recorrido de recogimiento y misericordia.

Jesús de la Rosa sube el cerro delante
de María Stma. de los Dolores. 
Unas horas después, cuando la tarde del Miércoles Santo caía en nuestra localidad, el bullicio de la gente se notaba en los exteriores de la Parroquia de San Francisco de Asís. El público esperaba ansioso la salida de Nuestro Padre Jesús de la Rosa y María Santísima del Mayor Dolor. Como novedades, el Cristo estrenó cruz de salida y potencias, además de varios retoques en su pelo, trono y cortejo penitencial, entre otras novedades. Un largo recorrido por las calles de nuestro municipio, con momentos tan importantes como la subida del Cerro, o la Bendición de Jesús de la Rosa en el Llano, hicieron que este Miércoles Santo se viviera con mucha intensidad, como cada año.

Pasando el ecuador de la Semana de Pasión en nuestro pueblo, y metidos de lleno en el Jueves Santo, en esta jornada hay que destacar la Procesión de Nuestro Padre Jesús de la Humildad (llamado cariñosamente “El Abuelito”) y la Soledad de Nuestra Señora, que comenzaron su recorrido alrededor de las ocho de la tarde desde la ermita de San Pedro. Momentos como la peculiar subida del Abuelito por el Cerro, o el encuentro de ambas imágenes al término de la Estación Penitencial, entre otros, se pudieron disfrutar en la Madrugá ruteña.

El Nazareno recorre la calle Juan Carlos I
acompañado de Ntra. Sra. de los Dolores.
Unas horas después, a las ocho de la mañana, de forma puntual, y saliendo desde la Parroquia de Santa Catalina Mártir, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno aparecía por el dintel de la puerta del Templo. También lo hacía, instantes después, Nuestra Señora de los Dolores. Aunque el comienzo del recorrido no es hasta las nueve de la mañana, ambas imágenes se situaron, como de costumbre, “en lo alto la plaza”. Un recorrido que comenzaba al amanecer, llevando al Nazareno y su Madre por los principales rincones de nuestro pueblo. Algunos de los momentos más señalados de esta jornada fueron la subida de ambos pasos por la típica calle del Cerro, o el encuentro con la Soledad en el Cementerio, entre otros.

Por la tarde, el turno llegó para el Santo Entierro, acompañado por Nuestra Señora de los Dolores. Sobre las ocho de la tarde daba comienzo esta solemne procesión oficial, que congregó a numeroso público durante su duración.

En el transcurso del Viernes al Sábado Santo, desde la ermita que lleva su nombre, Nuestra Señora de la Soledad salía en procesión otro año más. En un recorrido de silencio y recogimiento, la Virgen recorrió los principales puntos de la localidad, para volver, un par de horas más tarde, al punto donde partió, acompañada durante todo su recorrido por una decena de tambores roncos, y numeroso público, tanto observando el cortejo como colaborando en él, alumbrando con velas a la Virgen. Unos tambores que, con su corta pero firme melodía, nos recordaban que nuestra Semana Mayor llegaría pronto a su fin.

El Resucitado discurre por primera vez
en Rute tras más de veinte años.
Para finalizar, y como gran novedad en esta Semana Santa ruteña, llegó el tan ansiado Domingo de Resurrección. Por primera vez en nuestro pueblo, Jesús Resucitado procesionaba por Rute, rellenando un paréntesis de veinte años, en los que nuestra villa no ha tenido procesión en este día glorioso. Sobre un trono portado por treinta costaleros, al más puro estilo sevillano, el Resucitado hizo el mismo recorrido que el Santo Entierro. Miles de personas observaron esta talla de más de dos metros de altura, (bendecida el Domingo de Resurrección del año pasado), por las distintas calles de nuestro pueblo, entre la algarabía propia de este día. Numerosas ovaciones recibieron los costaleros, que estuvieron ensayando durante varios meses antes para cumplir exitosamente su labor: llevar la Resurrección de Cristo a toda nuestra villa. Un sueño hecho realidad.

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